Hay algunas estrategias que no hay que usar nunca a la hora de crear una contraseña. Si bien pueden parecer obvias, no está de más repetirlas para dejar en claro qué cosas pueden afectar nuestra privacidad en línea.
- No hay que usar secuencias o caracteres repetidos. Léase: jamás 123456 ni aabbccdd.
- No debemos incluir en la contraseña palabras utilizadas en el nombre de usuario. Si nuestra dirección de correo electrónico es maca@x.com, la contraseña jamás debería ser macaportela.
- No debemos utilizar palabras complejas buscadas en el diccionario o escritas en otros idiomas. Muchos programas utilizados por usuarios malintencionados prueban contraseñas basadas en “ataques de diccionario” para tratar de romper nuestra frase de seguridad.
- Nunca hay que utilizar la misma contraseña para todos los servicios protegidos. Esta práctica, aunque muy peligrosa, es muy común y pone en riesgo muchos datos si una contraseña fuera descubierta.
- Nunca debemos escribir las contraseñas en documentos que van a recorrer el ciberespacio, como adjuntos en mensajes de correo o sistemas de almacenamientoen línea. Por último, es importante comprobar la fortaleza de la contraseña con el comprobador que Microsoft ofrece gratuitamente en la siguiente dirección.
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